Los purines se utilizan para mejorar la tierra, alimentar nuestras plantas y hasta para controlar ciertas plagas de insectos. Son el resultado de la fermentación de restos vegetales y/o estiércoles, siendo los más utilizados en huertas ecológicas el de ortiga y el de cola de caballo. Sus innumerables propiedades hacen de estos preparados un aliado indispensable en el manejo de la tierra y la fertilidad de las plantas.
Dependiendo de los vegetales utilizados en su fabricación, los purines tienen diversas aplicaciones. En primer término, aportan encimas, aminoácidos y otras sustancias al suelo y a las plantas, aumentando la diversidad y disponibilidad de nutrientes para las mismas. Pero realmente, lo que hace únicos a los purines, es el gran aporte de microorganismos que la tierra y las plantas reciben al aplicarlos. Mediante el sistema de riego vamos a ir nutriendo la tierra, sobretodo con bacterias, que serán las encargadas de transformar la materia orgánica del suelo en nutrientes para las plantas. mejorando, de este modo, tanto la sanidad como el desarrollo y la productividad de las plantas.
Los purines se preparan en un recipiente no metálico. Puede ser un balde de plástico, un envase grande de vidrio de boca ancha, una tinaja de cerámica u otro similar. Se colocan las hierbas u otros ingredientes y se completa con agua limpia, preferentemente de lluvia (aproximadamente un kilo por cada diez litros de agua). Si utilizamos agua de red que contiene cloro, la dejamos reposar previamente dos días al sol.
Una vez preparados, los envases con los purines y el agua se guardan en un lugar oscuro y a la sombra, tapados para que no entre alguna impureza pero que sí pueda entrar el aire.
Todos los días se bate el preparado enérgicamente durante unos minutos con ayuda de un palo de madera, para que entre abundante oxígeno, y se vuelve a tapar.
1. Maceración: Ésta se inicia a partir del momento que iniciamos el preparado. La acción del agua comienza a extraer las sustancias del material vegetal y prácticamente no hay desarrollo bacteriano. El proceso de maceración dura de doce horas hasta tres días, según la temperatura ambiente.
El preparado macerado se utiliza principalmente para aplicar el extracto de las hierbas utilizadas, generalmente concentrado, y para combatir plagas de insectos u hongos.
2. Fermentación: Por la acción de hongos, levaduras y bacterias comienza a descomponerse el material vegetal. En esta etapa cambia la composición química del preparado, ya que las sustancias iniciales se transforman en encimas, aminoácidos y otros nutrientes para las plantas. En la medida que avanza la fermentación, disminuyen las sustancias originales, aumenta la población de bacterias y de los productos elaboradas por éstas.
Los preparados en fermentación se utilizan principalmente como abonos líquidos, para regar el suelo entre las plantas o pulverizando, generalmente sin diluir, como abono foliar.
3. Purin maduro: Después de una a dos semanas las bacterias han transformado prácticamente todo el material disponible. Hay una mínima concentración de sustancias originales, pocos nutrientes (estos también han sido consumidos en su mayor parte por las bacterias) y una altísima concentración de bacterias (de 300 a 2000 millones de bacterias aeróbicas por miligramo de preparado). Si al comienzo podía haber una diversidad de bacterias, en la medida que avanza el proceso de fermentación, una especie va desplazando a las demás. El cultivo de bacterias que se desarrolla depende del tipo de material vegetal que utilizamos inicialmente. El preparado está listo cuando el material original se encuentra disuelto completamente (quedando solamente los tallos u otras partes duras). También habrá cambiado de color (cada purín adquiere un color característico) y tendrá un olor fuerte (a “podrido”), que se nota más al batir el líquido.
4. Aplicación: El purín maduro se utiliza generalmente para inocular el suelo con las bacterias, regando el preparado diluido en 10 a 20 partes de agua (sin cloro, para no matar las bacterias). En algunos casos se pulveriza en forma concentrada para combatir plagas.
5. Conservación: En la huerta solamente estaremos en condiciones de conservar, por un tiempo limitado, los purines maduros. Se conservan en un recipiente no metálico, en un lugar fresco y oscuro. Tapamos el recipiente para que no se contamine pero dejamos que entre el aire. Debemos escribir sobre cada envase el contenido del mismo y la fecha de elaboración.
Algunos purines recomendables
Observaciones: La Cola de caballo debe recolectarse hacia fines de verano, cuando comienza a ponerse amarillenta. Entonces tiene el más alto contenido de sílice. Conviene tener precauciones al pulverizar con objetos de cristal (reloj, gafas o anteojos), pues podrían mancharse.
Tomado de ecoagricultor
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