La vida es un viaje y se trata de vivir el camino
Hace un tiempo atrás se viralizó por internet un audio de un pequeño niño que narraba una conclusión a la que había llegado por medio de su experiencia personal.
"La vida no es tan difícil" - declara el niño. -"Te levantas a la mañana; vas al jardín (kinder), tomás la chocolatada... después volvés a tu casa y miras los dibujitos y dormís la siesta. No sé por qué los grandes dicen que la vida es difícil. No entiendo."
Esta afirmación puede sonar muy graciosa, pero nos deja pensando en varias cosas. "No sé porqué los grandes dicen que la vida es difícil" se cuestiona él, que en su despreocupada realidad no es consciente de las dificultades que muchas veces presenta. Este niño no sabe que dentro de unos meses su jardín de infantes va a transformarse en escuela primaria; la cual deberá atravesar y se esperará de él que aprenda a leer, a escribir, a sumar, a restar, a realizar lecturas cortas y abstraer conceptos de a poco; es decir: se someterá a un proceso de adversidades con el fin de que se desarrolle. Y eso para él, va a ser una carga y una gran responsabilidad (en su justa medida); pero también va a ser una gran oportunidad para desempeñarse mucho mejor en la vida adulta.
La vida es un gran camino. El camino está lleno de pequeñas metas que conforman los grandes objetivos. Está lleno de instancias, de tiempos determinados para cada cosa. Estas instancias se llaman procesos. Están caracterizadas por ser experiencias específicas, extensas y con determinada carga de adversidades. Los procesos se dan desde el momento de nuestra concepción, dentro del útero materno, hasta el día que exhalamos el último aliento de vida sobre la tierra. Todo el tiempo estamos transitando procesos: comenzando, perseverando, y terminando con ellos. Un claro ejemplo acerca de un proceso en nuestras vidas es el hacer la escuela primaria, donde no solo se tienen desafíos a nivel académico (como lo son el aprender a escribir, leer, calcular, etc) sino que además se va desarrollando ciertas habilidades sociales propias de esta etapa. Uno se encuentra con sus primeras frustraciones relacionales, sus primeras amistades y sus primeras experiencias de relacionamiento, tanto con docentes y superiores como con sus propios compañeros y pares. Todo esto hace sumamente provechosa la experiencia del proceso.
Trasladando esto a nivel general, podremos observar que hay un tiempo para ser niños y dedicarnos a jugar; hay un tiempo para hacer la escuela; hay un tiempo para comenzar a trabajar, hay un tiempo para ser padres, hay un tiempo para ser abuelos, hay un tiempo para jubilarse, y así. Hay un tiempo oportuno para cada cosa en la vida.
Los procesos tienen características que los componen. Un cómo, un dónde, un cuando y un porqué. Están diseñados como tiempos señalados en la vida, oportunidades para alcanzar metas personales. Dijimos que además, los procesos siempre tienen una carga de adversidad para el momento en que se presentan. Si continuamos el ejemplo, luego de que el niño termine el ciclo primario, le tocará enfrentar el secundario; donde tendrá que atravesar el 1°, 2°, 3° año.. y donde después de haber sido probado y aprobado en esas instancias, tendrá que optar por una especialidad la cual va a estudiar, y que, idealmente, va a servirle para un próximo trabajo, oficio o carrera universitaria... pero una meta no puede alcanzarse sin la otra. En la vida debemos ir paso a paso. Para alcanzar grandes objetivos primero debemos entender que es sumamente importante el paso que estamos dando hoy; la decisión que estamos tomando hoy. Porque aunque parezca lejano, el destino no se escribirá solo.
Las acciones de hoy serán las consecuencias de mañana, así como nuestro presente es el resultado del camino que hemos caminado hasta aquí. |
Por eso, frente a cada nuevo desafío, en cada etapa de nuestras vidas nos vemos obligados a tomar decisiones.
Tomar decisiones no es una opción; es algo que hacemos constantemente. Todas las mañanas abrimos nuestros ojos y tomamos la decisión de levantarnos o no de la cama. Decidimos si desayunar un mate o un café; si cumplimos o no nuestras responsabilidades. Tomamos la decisión de permanecer un día más cursando la carrera universitaria que hemos elegido. Tomamos la decisión de asistir al trabajo; o de volver a ir a los sitios donde frecuentamos, de reunirnos un fin de semana más con las personas que son nuestros amigos... o simplemente no hacerlo. Todo, absolutamente todo el tiempo estamos tomando pequeñas decisiones. Aún las personas más evasivas que existen toman
decisiones a diario con su actitud: callar, dejar pasar las oportunidades, no transitar los
procesos, escaparse. La pasividad también es una decisión personal. Entonces, si bien estamos sujetos a las oportunidades que se nos presentan en el camino, la realidad es que nosotros le damos el dinamismo a las situaciones. Es nuestra decisión la que hace que las cosas sucedan. Mi futuro no es responsabilidad de "la vida"; pues si adjudico la responsabilidad de mi destino al azar o a energías místicas del universo, quizás, puede que en el mejor de los casos llegue a tener buena suerte; pero nunca voy a ser una persona exitosa. El éxito se produce por las múltiples decisiones determinadas de seguir intentando y no rendirse frente a la adversidad; el éxito se conquista. Mientras que la suerte, simplemente se tiene o no se tiene, sin ningún tipo de implicancia en ello.
Muchas veces en el camino se nos presentan situaciones favorables (por ejemplo: "me salió una beca para estudiar; se me presentó una oferta de trabajo; conocí a una persona interesante; etc") o por el contrario, situaciones desfavorables (por ejemplo: pérdidas que no esperábamos, situaciones que jamás hubiésemos elegido vivir; tiempos de crisis en el país; desastres naturales; etc) y nuestros procesos se ven interrumpidos o afectados por motivos que escapan a nuestro control. Esta es la adversidad que presenta el proceso y es aquí donde se completa el diseño: a mayor adversidad, mayor peso de gloria. Porque aún en las situaciones más difíciles, siempre tendremos en nuestras manos el poder de decisión: yo seré responsable de qué camino tomar; qué hacer con aquello que tengo en mis manos hoy.
Hemos dicho que los procesos siempre tienen una carga de adversidad. Esto significa que mientras los estamos transitando, no todo es color de rosa. Los tiempos difíciles, al momento de atravesarlos, no producen alegría, sino más bien agobio; pero esto es un diseño con el que fuimos creados. Las crisis en nuestras vidas son oportunidades para desarrollarnos, crecer, expandirnos. Para el joven que está transitando el nivel secundario, ha de ser un desafío estudiar, prestar atención en clase, presentarse a rendir; pero si en lugar de atravesar esa adversidad a los 15 años; el joven elige evitar ese sufrimiento y dejar el secundario por la mitad, no va haber cerrado el proceso en tiempo y forma. Y conseguirá un trabajo donde le paguen medianamente bien y le alcance para salir los fines de semana con sus amistades, pero el problema le sobrevendrá dentro de unos años, cuando haya conocido a una chica y haya tenido un hijo; y se encuentre con la realidad de que el sueldo por el cual dejó el secundario ya no le alcanza para mantener a su familia. Y es una pena, porque tampoco tiene el secundario completo lo cual le dificulta muchísimo más el encontrar un trabajo bien remunerado, y este muchacho deberá terminar el proceso que abandonó (el secundario) pero ahora con mucha más adversidad que antes: ya no se trata de no tener ganas de levantarse temprano e ir a cursar, como le pasaba cuando tenía 15 años; ahora se trata de que aún trabajando y con una familia que sostener, tendrá que hacer el triple de esfuerzo por terminar el proceso y salir adelante. Es a esto a lo que nos referimos con "tiempos" en la vida. Claro que los procesos se pueden recuperar y cerrar a tiempo y fuera de tiempo, pero debemos ser conscientes de que la cuota de esfuerzo y adversidad es aún mayor cuando estamos a destiempo. Cuando nos escapamos de los procesos por causa de las adversidades, cuando no queremos sufrir, cuando abandonamos a mitad de camino, estamos desperdiciando la oportunidad de crecer y desarrollarnos. La propuesta es vivir el paso a paso.
¿Qué diferencia existe entre la ropa de marca reconocida y la ropa de segunda mano? Veamos un poco. Si visitamos un negocio que tiene un cartel donde dice "OUTLET OFERTA - LAS MEJORES MARCAS" y al entrar y observar vemos una remera con un cocodrilo bordado de Lacoste, pero así y todo está llena de hilos colgando, con los puños mal acabados y terminaciones desprolijas; enseguida nos vamos a dar cuenta de que, por más que haya cientos de nombres de marcas reconocidas en ese lugar, la ropa no es original, sino trucha: no es de la calidad real que promete la marca que pronuncia. Y ¿por qué habrá gente que se dedica a hacer imitaciones? ¿Por qué razón alguien se detiene a bordar un logo y un nombre que no es el suyo, con el fin de aumentar sus ventas y que su negocio crezca? La respuesta es sencilla: por la calidad que promete la marca original.
¿Adonde vamos con toda esta explicación? A entender que los procesos a los que fue sometida la prenda determinan la calidad de la marca. Le dan dignidad, credibilidad, y honra. Por eso debemos saber que si nuestra vida está llena de adversidades, cada una de ellas es una oportunidad para formar nuestro carácter y ser llenos de toda la plenitud de Dios, esto es, que nuestras vidas sean vidas de excelente calidad, a causa de la multitud de adversidades que nos tocó enfrentar y conquistar. A mayor adversidad, mayor peso de gloria.
¿Te encontrás en soledad transitando alguna instancia de la vida? La soledad puede ser un arma de doble filo. Tiene su lado bueno, pero es necesario administrarla de forma correcta porque puede volverse una trampa para nuestras almas.
Si bien es necesario en algunos momentos de la vida transitar la soledad, ya que es un ambiente, un lugar en donde nos encontramos en silencio y con nosotros mismos; y la quietud nos ayuda a resolver asuntos internos que es necesario resolver a solas; y además nos conecta con preguntas existenciales y genera el ambiente propicio para un diálogo íntimo con Dios, la soledad no debe ser perpetua en nuestras vidas, no es un diseño en donde quedarse a vivir; sino más bien, pequeños trayectos que aveces, es necesario transitar.
El problema con la soledad es que genera comodidad. En la soledad hay lugar espacioso, solo sos vos el que ocupa una habitación. No hay que compartir nada con nadie, no hay que ajustarse y adaptarse a convivir con otro aparte de mi: yo soy el único y el fin de todo. Entonces, ese lugar de individualidad genera mucha comodidad, ya que no hay a quién rendir cuentas de absolutamente nada. ¿Y cual es el problema con eso? Que yo mismo me transformo en mi mayor obstáculo a vencer.
Por ejemplo: Un día me doy cuenta de que no está en buenas condiciones mi relación con mi papá. Asique tomo la desición de reconciliarme con él, y hacer lo posible para recuperarlo. Tengo que pedirle perdón para poder acercarme y tener una conversación de reconciliación con él. Me propongo metas: hago mi esfuerzo por contactarlo, saber dónde está, qué está haciendo, si necesita algo, etc. Si yo guardo este asunto en mi corazón y no se lo comparto a nadie, es decir; lo transito en soledad, nadie va a estar caminando conmigo en esa desición. Nadie me va a preguntar cómo va el acercamiento con mi papá, y por lo tanto frente a la primera dificultad que se me presente en el camino, me vuelvo vulnerable a renunciar a mi objetivo; ya que total "nadie me va a preguntar cómo me fue con esto que me propuse. A nadie le incumbe este tema. Yo lo puedo resolver solo".
Y así nos sucede en cada ámbito de la vida. Al no tener gente al lado que nos acompañe en los procesos, tendemos a abandonarlos. Por eso lo mejor que podemos hacer frente a cada nuevo desafío es hacernos amigos, gente de fe, gente cercana que nos ayude y nos apoye en el proceso, que se meta en nuestras vidas, nos pregunte, nos acompañe, nos regañe cuando sea necesario; ya que solos no podemos. Y si alguien cree que la soledad es el mejor camino es libre de creer y elegir lo que mejor le parezca; pero se va a estar perdiendo de la mejor parte de la vida: la compañía. Nadie debiera quedarse a vivir en la soledad. La soledad no es el diseño perpetuo del Creador para nosotros. Estamos hechos para convivir, nos necesitamos en muchos aspectos. Esta es una pequeña llave que puede hacer la diferencia en tu vida.
Que en este 2023 puedas analizar tu vida:
¿Reconoces procesos inconclusos en tu vida?
¿En qué contexto los comenzaste y los abandonaste?
Desafío para este mes de enero: hacé un balance de todo aquello que has podido comenzar/permanecer/concluir en tu vida este 2022. Luego proponete
en una agenda personal metas y objetivos nuevos para este 2023. Si hay
cosas pendientes en tu vida, ¡que tu desafío sea concluirlas! Y si hay
procesos que ya es tiempo de que comiences a transitar hoy; ¡No tengas
miedo: éste es tu tiempo!
Gustavo
Muy bueno 👌🏼 muchas gracias!
Lautaro
¡Que buena propuesta! Gracias por compartir esta clave 😄